Pues les cuento que el evento al que nos invitaron estuvo lleno de sorpresas, pero para nosotros mismos. Primero el nerviosismo de ver llegar a la gente, después, al acercarse la hora de empezar las actividades... no llegaba el sonido, así que ya estabamos pensando en hacerlo sin los microfonos, eso nos puso más nerviosos. Después de esperar un rato más llegó el equipo de sonido y a empezar...
En lo personal, me sentí muy inquieto, por estar esperando el momento en el que me tocaba contar mi cuento, pero intentaba relajarme tomando alguna que otra foto, contando chistes con mis compañeros, viendo como Vale creaba conejitos.
En fin, cuando llegó el turno para que contara el cuento, el tiempo se detuvo, comencé a contar mi historia y no sentía mis manos ni mis piernas, como si lo que importara en ese momento era lo que podía decir con la boca, además el microfono no sirvió, no se escuchaba, eso me puso en una situación en la que pero después de algunas líneas del cuento empecé a sentir mas soltura y mis nervios disminuyeron, comencé a ver al público y ya no me importó: lo contaba bien o salía corriendo, obviamente terminé de contar mi cuento, a la Álvaro Obregón pero sin bigote (se me cayó a mitad del discurso).
Por otra parte, debo reconocer que todos mis compañeros hicieron un gran papel en este evento y demostramos que somos un grupo muy unido en cuanto a la participación en este tipo de actividades.
En lo personal, me sentí muy inquieto, por estar esperando el momento en el que me tocaba contar mi cuento, pero intentaba relajarme tomando alguna que otra foto, contando chistes con mis compañeros, viendo como Vale creaba conejitos.
En fin, cuando llegó el turno para que contara el cuento, el tiempo se detuvo, comencé a contar mi historia y no sentía mis manos ni mis piernas, como si lo que importara en ese momento era lo que podía decir con la boca, además el microfono no sirvió, no se escuchaba, eso me puso en una situación en la que pero después de algunas líneas del cuento empecé a sentir mas soltura y mis nervios disminuyeron, comencé a ver al público y ya no me importó: lo contaba bien o salía corriendo, obviamente terminé de contar mi cuento, a la Álvaro Obregón pero sin bigote (se me cayó a mitad del discurso).
Por otra parte, debo reconocer que todos mis compañeros hicieron un gran papel en este evento y demostramos que somos un grupo muy unido en cuanto a la participación en este tipo de actividades.
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